Actualmente, una de las preocupaciones de los gestores y promotores de las plantas termosolares es mantener las características ópticas y térmicas de los tubos receptores a lo largo del tiempo, de tal manera que la degradación posible de los componentes no afecte a la generación eléctrica final. Es por ello que resulta necesario aplicar rigurosos y eficientes planes de mantenimiento que permitan controlar y predecir cualquier problema que afecte al rendimiento de la planta, dando prioridad a las acciones preventivas sobre las correctivas. Se trata de obtener un mejor conocimiento sobre el estado del campo solar, de tal manera que permita prever la vida residual de la instalación y planificar las actividades de operación y mantenimiento, optimizando la producción de la planta.